Seguros: el que pague dólares, recibirá dólares
La Superintendencia está revisando todos los planes y obligará a las compañías a incorporar una cláusula que aclare en qué moneda se pagan las primas y deberán pagarse los beneficios
«El que depositó dólares, recibirá dólares», prometió en su momento, sin éxito, el entonces presidente Eduardo Duhalde. La Argentina, sin embargo, tiene una larga historia de conflictos por la pesificación de productos financieros que, originalmente, habían sido contratados en dólares. La Superintendencia de Seguros busca ahora zanjar cualquier reclamo que pueda surgir a futuro, al menos, con los seguros de vida y de retiro. Según anticiparon, todos los contratos deberán incorporar una cláusula aclaratoria y los productos que se paguen en dólares deberán cobrarse luego en la misma moneda, y no en pesos al tipo al tipo de cambio oficial.
En diálogo con LA NACION el vicesuperintendente de Seguros, Guillermo Bolado, explicó que el regulador está en pleno proceso de revisión de todos los planes vendidos por las aseguradoras en el mercado local, y tanto los nuevos planes que se aprueben como los productos que ya estén contratados (que también están siendo revisados) deberán incorporar esta nueva cláusula.
«Ahora la compañía va a poder elegir qué plan vender, pero si cobra la prima en moneda extranjera, va a tener que pagar el beneficio en la misma moneda», explicó Bolado. «Y como el Código Civil habla de la cancelación en moneda nacional al tipo de cambio vigente, elaboramos dos planes: se podrá elegir entre pagar en pesos y recibir el beneficio en pesos al tipo de cambio oficial; o pagar en dólares, y recibir dólares. La libre voluntad de los contratantes tiene que pesar por sobre todas las pautas contractuales», apuntó.
El conflicto se aplica sobre todo a los seguros de personas -vida y retiro- que implican un horizonte de inversión de largo plazo. La mayoría de quienes contratan este tipo de productos, buscan sobre todo coberturas en moneda dura, que no estén a merced de las fluctuaciones del -al menos, hasta ahora- siempre endeble peso argentino.
Durante la vigencia del cepo cambiario, la Superintendencia de Seguros y la Justicia se hicieron eco de varias denuncias de clientes que reclamaban porque se les pagaban los seguros en pesos al tipo de cambio oficial (entonces de $ 9 por dólar), cuando en todo momento habían estado pagando las primas en dólares. Luego, con la salida del cepo, se sumaron nuevos reclamos de clientes que, por ejemplo, en 2015 habían recibido su extracto de cuenta con un saldo ahorrado de US$ 10.000 y, tras el sinceramente del tipo de cambio, les llegaba un nuevo resumen de cuenta con un saldo de 7000 dólares; todo, pese a haber hecho siempre los aportes en moneda extranjera.
«Los planes los estamos mirando de punta a punta», dijo Bolado. «Nos vamos a poner duros para que se vendan cosas razonables, a un precio adecuado, no que vendan marketing o cosas que nunca van a cobrar», afirmó.
Canales de venta, bajo la lupa
Además, la Superintendencia de Seguros comenzó a hacer circular entre las cámaras un proyecto para limitar la venta de seguros a través de terceros -denominados en la jerga aseguradora como agentes institorios-, como pueden ser call centers, bancos, comercios o empresas de electrodomésticos.
«Se abusó mucho de estos agentes, dándole mandato para que vendan a cualquiera. O por ejemplo, los casos de call centers que se dedicaban a vender manteles o cortinas, y luego vendían seguros asociados; vendiendo los seguros en forma engañosa», explicó Bolado.
El proyecto, que ya está generando revuelo en la industria, prevé, por ejemplo, que la venta de seguros no pueda representar en todos estos casos más de un 20% o 30% de la facturación total del negocio. Tampoco se podrá vender seguros a un público masivo, sino que en algunos casos también la idea sería circunscribir la oferta a clientes.
«Apunta sobre todo a call centers no profesionales. Los bancos, las empresas de electrodomésticos, van a poder vender seguros a sus asociados, no masivamente a todo el mundo», dijo Bolado. «Por ejemplo, si comprás un producto en el banco, luego te va a poder vender un seguro relacionado con la actividad. Y no que venda a clientes de otros bancos, porque eso termina en una puja por comisiones que hace que después ya no importa lo que venda», explicó.
En la industria aseguradora, no obstante, las críticas al proyecto ya se están haciendo oír. «Limitar el desarrollo de canales es grave para el sector, y puede tener impacto en los precios», deslizó un ejecutivo local, con la condición de no ser identificado. En la misma línea, el ejecutivo de otra multinacional opinó: «La distribución de los seguros se basa en una multiplicidad de canales. Se puede profesionalizar los canales sin limitarlos. En la Argentina el nivel de penetración de los seguros es tan bajo que hay mucho espacio para crecer, y para eso hay que promover todos los canales».
Pero para la Súper existe un antecedente claro, como es el caso de los seguros que vendían los bancos para cubrir los riesgos de vida e invalidez total y permanente de los clientes que tengan saldos deudores de préstamos y tarjetas. En esos casos detectaron que los bancos los cobraban hasta tres veces más de lo que valían.
Fuente: La Nación 2-9-16