Los 7 mayores mitos sobre el seguro de vida
Hay muchos mitos sobre los seguros de salud fruto de la falta de información. Hoy te proponemos mirar qué hay de cierto y falso en ellos.
Tener o no tener un seguro de vida es lo que se replantean muchas personas.
¿Compensa contar con este seguro o se trata sólo de un gasto más?
Al margen de la condición laboral en que se encuentra la persona, sea dependiente o independiente, siempre se cuenta con ingresos que permiten solventar a diario a la familia, con lo cual, si se dejara de existir podría generarles un problema económico, sobre todo si los dependientes son niños, ancianos o personas discapacitadas.
Para evitar esta situación existen los seguros de vida que son contratos que a cambio de un pago brindan una indemnización en el caso deje de existir la cabeza de familia. Lo cierto es que son muchos los mitos sobre los seguros de vida. Analicemos entonces algunas de las preguntas más frecuentes de las personas.
Descubre si son mito o verdad.
1. EL SEGURO ES UN GASTO SIN RETORNO QUE NO OFRECE BENEFICIOS
El seguro no es un gasto. La verdad es que nadie sabe cuándo se puede sufrir algún accidente o enfermedad, ni saber cuánto puede llegar a costarle. Así que adquirir un seguro de vida no ayudará a responder estas situaciones, pero ciertamente, permitirá que la persona pueda poner límite (deducible), al impacto que pueden tener gastos por accidentes, invalidez, y enfermedades graves o terminales, en el presupuesto.
Además, se accede a un sin número de asistencias creadas con la finalidad de preocuparse menos, como el cuidado personal prolongado a domicilio, entre otros apoyos que harán la vida más fácil. Todo esto a cambio del pago de una prima.
2. EL SEGURO ES PARA RICOS
Los seguros surgen con el objetivo de reducir el impacto inesperado que pueden llegar a representar los gastos por enfermedades y accidentes que, si sucedieran, sería un golpe intrascendente si la familia cuenta con un cuantioso presupuesto. En Masterforum contamos con aportes accesibles a todo tipo de ingreso.
3. SI ESTOY ENFERMO NO PUEDO COMPRAR UN SEGURO, LOS SEGUROS SÓLO ASEGURAN PERSONAS SANAS
Hay que tener en claro que este seguro ayuda a distribuir los gastos de eventualidades entre el resto de asegurados y que se entiende por eventualidad a cualquier situación imprevista que pueda causar un perjuicio económico. Si una persona sufre alguna enfermedad, el evento ha dejado de ser aleatorio materializándose en el padecimiento.
4. LAS COMPAÑÍAS DE SEGUROS HACEN TODO LO POSIBLE PARA NO PAGAR LOS SINIESTROS (ACCIDENTES)
Las compañías de seguros son responsables que la distribución de los gastos de eventualidades entre el resto de asegurados se dé cuando se presente alguna situación fortuita e imprevista. Por ello cuando lo considera realiza investigaciones que tienen como objetivo certificar la casualidad de los eventos, para luego abonar de acuerdo a lo contratado
5. UNA PERSONA JÓVEN NO NECESITA UN SEGURO
Todas las personas están expuestas a accidentes y enfermedades, incluso los jóvenes. Evidentemente al contar con un seguro no evitará que se lo sufra, sin embargo disminuirá los gastos en que se podría incurrir. La cultura de prevención y protección no tiene edad.
6. LAS EMPRESAS DE SEGUROS METEN MIEDO PARA VENDER PRODUCTOS
Lo único 100% seguro es que algún día fallecemos y es imposible conocer con anterioridad la fecha. Parte del compromiso de las empresas de seguros se manifiesta en la comunicación con sus clientes. De tal forma que bajo ningún aspecto tratan de aterrorizar a los clientes sino de concientizarlos para que desarrollen una cultura de prevención que finalmente les será beneficio.
7. LOS CONTRATOS SON MUY LARGOS
Con la finalidad de evitar cualquier tipo de malinterpretación, el ente supervisor la SSN y la legislación vigente obligan a que las pólizas de seguros detallen de manera precisa todas las coberturas, exclusiones y condiciones administrativas a las que se adhieren tanto los asegurados como las empresas aseguradoras cuando ejecutan un contrato de seguros.
¿Supongo que es hora de recibir un buen asesoramiento, cierto?
Fuente: Pymex