De Los Pumas a Productor de Seguros de Vida
De Los Pumas a Productor de Seguros de Vida
El universo del Seguro está cada vez más abierto para todos, incluso para Diego Albanese, exjugador de rugby e integrante de Los Pumas, quien hoy es asesor en pólizas de Vida. Su visión sobre la conciencia argentina.
¿Cuál fue tu primer contacto con el mundo del seguro en tu vida?
Habrá sido cuando tuve mi primer auto y tuve que asegurarlo.
¿Cómo y cuándo llegaste a ser un Asesor en planificación?
Un amigo personal, que en su momento era uno y que hoy es mi gerente, me llamó un día para preguntarme si podíamos vernos para contarme lo que hacía. En ese momento, trabajaba en una cervecera muy conocida, pero lo recibí con gusto. Allí, por primera vez, tomé conciencia de la importancia de tener un seguro para la familia, y así lo hice. Tiempo después, me contactó nuevamente y me invitó a formar parte del equipo de trabajo que estaba armando. Después de algunas reuniones, ya estaba trabajando.
¿Te costó el cambio de rol?
Todo cambio cuesta y tiene un grado de incertidumbre. No obstante, encaré esta oportunidad como un desafío personal. Trabajar en algo muy noble, y en un país donde existe poca cultura del seguro de vida, me presentó oportunidades laborales y experiencias de vida muy interesantes.
¿Con que ‘gajes del oficio’ te encontraste?
Lo que más me costó fue digerir las cancelaciones de reuniones sin aviso. Después de una hora y media de viaje en auto, piquetes, estacionamiento y cualquier obstrucción de tráfico, llegar al lugar y encontrarme con que la persona ni llegó, ni avisó, solía alterarme. No obstante, con el tiempo y experiencia, uno se vuelve inmune y hasta logra disminuir el riesgo de que vuelva a ocurrir.
¿Alguna experiencia o historia que te haya marcado?
Quizás una de las experiencias que más me afectó fue al principio de mi carrera, durante una reunión con un señor, de muy pocos recursos, que era viudo y tenía que proveer por su hijo y sus padres jubilados. Cuando estábamos hablando de lo que podría destinar al seguro, le sugerí que quizás podría esperar un poco antes de contratar, pues el gasto era importante en relación a su sueldo. Me frenó y me dijo “Escucháme, Diego. ¿Entendés que si a mí me pasa algo, mi hijo se queda sin nada? La madre no está y sus abuelos no lo podrán mantener. Así que si hace falta, dejaré de comer; ¡pero este seguro lo voy a sacar ahora y acá!” Me quedé sin palabras.
¿Qué te dejó?
Fue en ese momento que realmente entendí que la contratación de un seguro no es un tema de dinero, sino que es sobre el valor que uno le da. Si le das valor, el dinero no es un problema. Empezarás con una cobertura chica, pero siempre es mejor que nada.
¿Qué valores del rugby te sirven para tu nueva tarea?
Los valores trascienden la actividad que uno haga: o los tenés y tratás de aplicarlos, o no los tenés. Mi familia me dio los pilares y valores principales, y el rugby terminó de moldear y formar mi carácter. Ahora, me toca intentar aplicarlos a esta actividad. El valor fundamental, y por encima de todo, es el respeto. Intento tratar y asesorar a los clientes como me gustaría que lo hicieran conmigo.
Según tu experiencia, ¿la gente tiene conciencia acerca de la necesidad de asegurarse?
Hay muy poca conciencia acerca de la necesidad de asegurarse. La Argentina es un país que no tiene mucha cultura de seguro de vida. Como dicen en el marketing, es una necesidad latente, en la cual, en la mayoría de los casos, tenés que ‘despertarla’, pues está guardada o nunca lo pensaron. Es increíble que la gente asegure su casa por “los bienes materiales” y que no aseguren lo más importante, que son sus familias y seres queridos. Ese es nuestro trabajo, promover la idea de seguridad financiera, a través del seguro y, por eso, creo que es un trabajo muy noble.
Nota Publicada el día 14/05/2014 en la edición impresa de El Cronista.
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