22Ene, 2019
Un documento elaborado por un grupo de técnicos del FMI recomienda a los países disminuir el ingreso inicial de los jubilados y ampliar la edad jubilatoria y pronostica que los jóvenes que hoy tiene 28 años en el 2050 se jubilarán a los 68 años como mínimo.
Aunque el paper no se redactó específicamente para la Argentina, los consejos de los especialistas del Fondo cuajan con la hoja de ruta que el organismo trazó para la economía argentina, tras la firma del acuerdo por u$s 57.100 millones.El texto fue divulgado esta semana en Tokio por el subgerente general del FMI, David Lipton, y lleva la firma de los técnicos David Amaglobeli (Georgia), Hua Chai (China), Era Dabla-Norris, Kamil Dybczak (República Checa), Mauricio Soto (Colombia) y Alexander Tieman (Holanda).
Técnicos del FMI aconsejan subir 5 años la edad jubilatoria y reducir el haber inicial
Un grupo de expertos del Fondo elaboraron un documento con serias advertencias sobre el colapso de los sistemas jubilatorios en el mundo. Alertan por la poca natalidad, el envejecimiento acelerado y la falta de caja en los Estados. Los que hoy tiene 28 años, se jubilarán a los 68.
“Para lidiar con los costos del envejecimiento, muchos países implementaron significativas reformas de los sistemas de pensiones a lo largo de los últimos años”, destacó el trabajo titulado “El futuro del ahorro: el rol del diseño de los sistemas de pensiones en un mundo que envejece”.
Para el FMI, existen tres amenazas de los actuales sistemas jubilatorios: la tasa de natalidad mundial es la más baja histórica, la población envejece a ritmos acelerados y las cajas de los Estados no alcanzan para cubrir todas las necesidades.
“En las próximas décadas la disminución de la fertilidad y el aumento de la longevidad cambiarán profundamente la distribución de la pirámide demográfica en muchos países, aunque a diferentes ritmos”, sostuvieron. Calculan que en tres décadas la situación resultará insostenible.
En ese marco y desde Japón, desplegaron sus recomendaciones. “Las reformas apuntan en gran parte a contener el crecimiento en el número de jubilados, modificando los parámetros clave del sistema; por ejemplo, incrementando la edad de jubilación, endureciendo las reglas para acceder, reduciendo el tamaño de las pensiones a través del ajuste en el cálculo de los beneficios”, propusieron los técnicos.
“Con las políticas actuales (estiman que) el gasto público en pensiones aumentará en un promedio de entre 1 y 2,5 puntos del PIB en 2050, deprimiendo el ahorro público (…) Para las generaciones más jóvenes, en muchos países ahorrar más para el futuro será cada vez más importante de cara a garantizar su jubilación”, destacaron.
En la Argentina no es una novedad que se necesita dar mayor sustentabilidad al sistema estatal de jubilación. Para ello, el Fondo planteó reducir el ingreso que reciben los nuevos jubilados.
“Instamos a los países a pensar bien los sistemas de pensiones y las redes de protección social más efectivos, y después poner en marcha las reformas necesarias”, arremetió Lipton, el N° 2 del organismo detrás de Christine Lagarde.
“Odio sonar como el FMI en este punto, pero hay países cuyos generosos sistemas públicos de pensiones pueden llevar a las finanzas públicas a una difícil situación. Deben considerar pasos como lim
Una solución concreta de los técnicos alcanza a los nacidos entre 1990 y 2009. “En las economías de los países más desarrollados, donde las pensiones han sido en gran parte reformadas, las simulaciones sugieren que el aumento de la edad de jubilación en cinco años (del promedio actual de 63 a 68 en 2050) cerraría la mitad de brecha proyectada en relación a lo (que perciben) jubilados de hoy. Si además aportaran un 6% adicional de sus ganancias cada año, cerrarían la otra mitad de la brecha”, sentenciaron.
Para los países en vías de desarrollo, proponen incentivar el ahorro en las familias y aumentar la cantidad de trabajadores activos, con efectivas políticas de empleo. “Los gobiernos pueden ayudar a sus ciudadanos estimulando el desarrollo de instrumentos del sector financiero a fin de fomentar el ahorro voluntario y adoptar políticas que alienten a las personas a prolongar su vida productiva. En los países de mercados emergentes y de bajo ingreso, también podrían fomentar más el trabajo en el sector formal”, sostuvieron.
Andrea Falcone, especialista en temas jubilatorios, aclaró el Gobierno nacional ya la puso en marcha esta recomendación. “Esta sugerencia ya la hizo y la reforma ya se efectuó. Hoy, la tasas de sustitución entre el haber de actividad y el de pasividad ronda entre 37% y 43% del último sueldo, cuando antes rondaba el 55%. O no registraron que la reforma ya se hizo o la quieren volver a bajar”, analizó la abogada previsional ante una consulta de ámbito.com.
“Bajarlo más sería irrazonable, ¿con cuánto nos vamos a jubilar? ¿Con el 30% del sueldo cuando lo razonable en el mundo es el 70%?”, se preguntó. Falcone reconoció que hay países con sistemas más equilibrados que permiten esas posibilidades. “Esos no tiene un tasa de sustitución del 70%., pero, por ejemplo en Estados Unidos, el reparto alcanza el 40% del último sueldo y con los planes de pensiones privados, que se acuerdan con los empleadores, complementan lo que les falta”, remarcó.
itar las jubilaciones tempranas que reduciría las vulnerabilidades de largo plazo”, expresó Lipton.
4Jul, 2018
Jubilaciones, lo que viene: uno por uno, los cambios que ya planea el Gobierno para el nuevo régimen previsional
03-07-2018 La comisión para garantizar la futura sustentabilidad del sistema ya comenzó a trabajar.
Habrá algunas modificaciones de alto impacto, como la posibilidad de aumentar la edad jubilatoria, limitar en el tiempo el pago de las pensiones por viudez y cambiar el método de cálculo para el haber inicial
Mientras disputa su gran batalla contra la inflación y el dólar, el Gobierno no desatiende su otro frente de conflicto: una reforma del sistema previsional que lo ayude a achicar su déficit fiscal estructural.
Este tema, que ya estaba en sus preocupaciones desde que se sancionó en 2016 la «reparación histórica», también ha sido señalado en repetidas ocasiones por el FMI como una reforma imprescindible.
A diferencia de lo sucedido a fines del año pasado, esta vez no se tratará sólo de un cambio en el cálculo del haber, sino más bien de algo más profundo: la sustentabilidad del sistema.
En pocas palabras, se definirá cómo se va a financiar y qué requisitos deberán cumplir los trabajadores para acceder al beneficio jubilatorio.
Consejo y misión
Por lo pronto, se prevén modificaciones en rubros tan sensibles como la edad jubilatoria, sistema de retiro anticipado y régimen de pensiones.
Hace poco más de un mes, el Gobierno dispuso la creación del Consejo de Sustentabilidad Previsional, previsto en la Ley de la Reparación Histórica, en el ámbito del Ministerio de Trabajo.
¿Para qué? Básicamente, con el fin de que en seis meses sea presentado un proyecto de ley para una nueva reforma a debatir en el Congreso.
Ese Consejo está compuesto por 25 miembros, entre los cuales se encuentran representantes de cámaras empresariales y sindicatos.
Está presidido por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y en forma alterna por el secretario de Seguridad Social, Juan Carlos Paulucci Malvis.
Además, está integrado por personas de reconocido prestigio profesional y académico en el ámbito del derecho, de las ciencias sociales y económicas, que participan ad-honorem.
«Tenemos que discutir una idea integral y sustentable, en un ambiente de debate desprovisto de prejuicios y miradas especuladoras en el contexto político», asegura Triaca.
Camino «gradualista» para subir la edad
El año pasado, una comisión previa estuvo trabajando en diferentes lineamientos, que se sumarían a los que desarrolle el nuevo cuerpo.
El Gobierno apunta a que el nuevo sistema sea «sobre todo sustentable y esté basado en aportes legítimos, comprobables», indican fuentes a iProfesional.
«Hay que preguntarse qué sistema previsional puede pagar la Argentina. Se habla más de financiamiento que de prestaciones», comparte a iProfesional el abogado previsionalista Adrián Tróccoli.
Por lo que pudo saber este medio, no está previsto eliminar la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM). Se trata de un beneficio creado dentro de la ley de reparación histórica percibido por quienes no tienen aportes para jubilarse y tampoco cobran otro tipo de sumas.
En otro orden, dentro de los proyectos de reforma laboral, el oficialismo planea reducir las cargas patronales.
Es que confía en que más personas se incorporarán al mercado y que esto ayudará a incrementar las arcas fiscales para pagar jubilaciones, pensiones y demás prestaciones de la Seguridad Social.
En cuanto a la edad, se evalúa subirla hasta los 70 años y, para ello, se hay distintas modalidades en carpeta que apuntan al «gradualismo«.
En el Gobierno son conscientes de que este tema deberá pasar por el Congreso, y de que un incremento automático y abrupto generará rechazos dentro de los distintos partidos, además de incrementar el malhumor social.
Por lo pronto:
1.- Para los hombres, no se tratará de una suba de 5 años de un «saque», sino más bien escalonada
2.- La ley aprobada a fin del año pasado establece que los asalariados del sector privado -mujeres y varones- podrán optar por jubilarse a los 70 años
3.- Recién entonces los empleadores podrán intimarlos a que inicien el trámite de retiro
4.- En ese caso, tendrán que mantener la relación laboral por el plazo máximo de un año, hasta que el trabajador obtenga el beneficio. No se trata de una suba legal sino de una opción que le da la ley.
En el macrismo tienen claro que mantener el sistema vigente es «inviable» y que deben tomarse medidas urgentes para evitar que el déficit siga escalando hasta niveles insostenibles.
Tróccoli afirma a iProfesional que se analizará una suba gradual para que no se vea afectada la expectativa de quienes están cerca de acceder al beneficio.
En cambio, «afectará completamente a aquellos que les falten 15 o 20 años«, asegura.
De esta manera:
– Quienes estén a 10 años del retiro, podrían jubilarse a los 66
– A los que les falten 12 años, se le extendería a los 67
– Y así sucesivamente hasta llegar a los 70 años
De este modo, se evitará que los alcanzados por los cambios no sufran el impacto en el corto plazo.
«En la actualidad, las mujeres se jubilan a los 60 años, pero sólo el 15% completa los 30 años de aporte necesarios a esa edad», señala Tróccoli.
«En el caso de los varones, la situación está un poco mejor, ya que el 40% cumple con los requisitos al alcanzar los 65 años«, completa.
La pensión vitalicia, a revisión
Otro tema que se entremezclará en la discusión es el de las moratorias para completar los años de aporte, ya que muy pocos logran cumplir con los requisitos.
La diferenciación que se hace actualmente no se debe a una cuestión sexista, sino que es un reconocimiento a la labor de la mujer por el trabajo no remunerado en su hogar.
Se estipula que destina un promedio de 27 horas a tal fin contra solo 3 del hombre, brecha que se va acortando a edades más bajas.
Por lo pronto, se apuntará a ir acercando la edad entre ambos, pero no a la equiparación.
Esto, producto de que la primera tiene una esperanza de vida mayor, por lo que el Estado debe abonarle la prestación durante más años.
Otro de los temas clave es el de la pensión vitalicia. Al respecto, se baraja la idea de adaptarla al sistema de compensaciones del Código Civil.
Por ejemplo, que a una persona que enviuda a los 35 años y que estuvo 10 años casada, se le pague la prestación por ese tiempo (para luego perder el beneficio).
Sobre este punto, Tróccoli asegura que se trata de «un cambio lógico«, ya que no tiene sentido pagarle una suma fija a una persona joven por el resto de su vida si no vuelve a contraer nupcias.
Además, se apunta a extender la edad de los hijos que perciben pensiones por el fallecimiento de los padres.
¿Hasta cuándo? Hasta los 25 años, siguiendo los lineamientos del Código Civil y Comercial (para ello debe acreditar que estudia).
Por otro lado, se impondrá un límite a la acumulación de la jubilación y la pensión. En este sentido, se manejan dos opciones:
– Que entre ambas prestaciones se cobre la del beneficio más alto (por lo general, la jubilación)
– Que valide la alternativa más elevada y un proporcional de la otra
Lo que sí es un hecho es que en la futura ley no convivirán ambas prestaciones al 100% para un único beneficiario.
Nuevo cálculo para la jubilación inicial
Otro punto que genera polémica refiere a la extensión del período a considerar para el cálculo del haber inicial: 25 años en lugar de los 10 actuales.
Sin embargo, el problema es que «en un contexto inflacionario, como el que suele tener constantemente el país, esto derivará en que el ingreso sea menor», indica Tróccoli.
No es menor la preocupación del Gobierno por reducir la cantidad de juicios en los tribunales de la Seguridad Social, si bien tiene en claro que cualquier tipo de norma que se dicte va a ser judicializable.
En la actualidad, de las personas con aportes, uno de cada tres jubilados le hizo un juicio al Estado.
El principio de sustitutividad es otro punto en discusión. ¿Qué significa? Como la jubilación es consecuencia de la remuneración percibida por un trabajo, una vez que este cesa el beneficio debe permitir el mantenimiento de un status de vida similar a aquel que se tenía en actividad.
Son varios los que pretenden volver al régimen de las leyes 18.037 y 18.038, que sí establecía la sustitutividad del haber jubilatorio.
Este último estaba íntimamente vinculado con las remuneraciones o las rentas – categorías autónomas – en su caso, percibidas por el beneficiario durante su vida activa.
Se discutirá cómo enfrentar las cuestiones de género para evitar otro caso como el famoso «Sergia», en el que un hombre pidió el cambio de sexo para jubilarse antes.
En otro orden, se estudian distintos regímenes diferenciales de trabajo insalubre. Es decir, el de aquellas actividades que pueden derivar en envejecimiento precoz u otras que se desarrollan con algún grado de disminución física, tales como ceguera o minusvalía.
En la actualidad, pueden obtenerse el beneficio a los 55 años. La idea es analizar cada una de ellas y, en algunos casos, elevar la edad, ya que el Gobierno cree que las tecnologías actuales permiten reducir o dar por terminada la insalubridad.
Sobre este punto, Tróccoli afirma que deberá analizarse cada situación en particular, para evitar perjuicios a los trabajadores que estén cerca de obtener el beneficio y fueron efectivamente afectados por las viejas tecnologías.
Fuente: iProfesional