8Sep, 2015
Recuerdos de mi niñez
Aún recuerdo cuando era pequeño, la vez que un hombre había visitado a mi padre en casa, ofreciéndole un seguro de vida, su mirada en nosotros, hablaba de su compromiso como padre en protegernos.
Luego al crecer, observaba personas que hablaban de ahorro, cómo podían o qué debían hacer para tener dinero destinado a cubrir necesidades futuras; muchas de esas mismas personas que luego hablarían de sus fracasos en los intentos.
Con el correr del tiempo, comencé a pensar en mi propio futuro, sabía que tenía que estar provisto y resguardado, para cuando mi capacidad productiva llegado ese momento no estuviese respondiéndome; ya sea por mi vejez o por alguna temida incapacidad.
Siempre me pregunté si:
¿ Una persona mentalmente sana planifica fracasar ?¿ Pero cuántos fracasan por no planificar?
Todos y cada uno de nosotros, deseamos protegernos y proteger nuestros bienes más preciados, materiales y afectivos, por lo que hemos luchado.
En muchas oportunidades, no evaluamos los riesgos de la no previsión en ese aspecto y seguramente soñamos con una vejez digna y no dependiente.
Hoy, por suerte el viejo concepto de seguro de muerte ha desaparecido, para dar lugar a un seguro de vida para disfrutar en vida, y también hoy muchos de nosotros tenemos el privilegio de tener salud y posibilidades de proteger a quienes dependen de nosotros, hoy disponemos de una generación de productos en moneda fuerte, garantizados y adecuados a nuestros ingresos para planificar y evitar fracasar.
Una persona toma un seguro de vida porque las viejas formulas ya no dan resultado y porque en ocasiones, los que apostamos al ahorro nos hemos visto defraudados en nuestra confianza.
Por eso, tomando como ejemplo los sistemas de protección y prevención de los países en que las personas han resuelto dichas preocupaciones, tenemos la posibilidad de programar tres eventualidades:
1 – Vivir más de lo que pensamos en óptimas condiciones.2 – Proteger a nuestros seres queridos, ante una emergencia con nuestros ahorros.3 – Satisfacer las necesidades familiares a nuestra muerte.
Por cierto, si tenemos cubierto el presente y, económicamente el futuro, lograremos disponer del resto para alcanzar proyectos a veces postergados.
Actualmente en el mercado existen profesionales en la materia para asesorarnos, si tomamos conciencia de que el seguro de vida indefectiblemente se cobra, puesto que lo recibiremos nosotros o nuestra familia, en el momento del siniestro o de nuestro retiro lo pagará la Compañía de Seguros, entonces, no cabe duda del carácter de urgencia que merecemos darle al tema.
9Ago, 2015
Quizá porque no las creemos necesarias, sin embargo, cosas tan simples como una tarjeta de crédito o un seguro médico, pueden salvarnos de grandes apuros financieros y ahorrarnos muchísimas preocupaciones. A continuación, te presentamos las 5 herramientas financieras que conviene
5 herramientas financieras que es mejor tener
¡Cuidado! Que los accidentes no te tomen desprevenido
Dicen por ahí que es mejor prevenir que lamentar, y hablando de finanzas personales, este consejo no es la excepción.
Existen varias herramientas financieras hechas para hacernos la vida más fácil, entonces, ¿por qué no las tenemos aún?
Quizá porque no las creemos necesarias, sin embargo, cosas tan simples como una tarjeta de crédito o un seguro médico, pueden salvarnos de grandes apuros financieros y ahorrarnos muchísimas preocupaciones. A continuación, te presentamos las 5 herramientas financieras que conviene
más tener en el bolsillo para no estar pensando en el hubiera:
1. Fondo de emergencias
Las emergencias se distinguen por ser impredecibles y, en general, por ser eventos desafortunados. No se puede predecir un choque, una enfermedad, un despido o una descompostura, pero siempre se puede estar preparado para ellos. ¿Cómo? Con un fondo de emergencias. Ahorra poco a poco un pequeño porcentaje de tu sueldo hasta juntar lo equivalente a 6 meses de tus gastos promedio. De esta manera, sea cual sea la emergencia, estarás, si no es que “bien cubierto”, por lo menos mejor de lo que lo estarías si no tuvieses una cantidad reservada para este propósito.
2. Ahorro para el retiro
El retiro llega más rápido de lo que crees.
¿Te acuerdas de cuando eras niño y pensaste que faltaba mucho para ser adulto? ¿y qué tal ahora?
La vida se pasa muy rápido, y ciertamente a los 50 no vas a tener la misma energía ni oportunidades que a los 20 o a los 30.
¿De verdad quieres seguir trabajando —por necesidad— toda tu vida?
Dialoga con el departamento de recursos humanos de tu empresa para discutir las posibilidades de planeación a futuro; muchas veces, tu propia compañía cuenta con programas que hacen posible ahorrar a través de apartados de determinados porcentajes de tu sueldo.
3. Tarjeta de crédito
La evolución tecnológica es una realidad y el mundo digital sigue expandiéndose.
Muchos sitios de e-commerce te piden, para poder adquirir sus productos, registrar una tarjeta de crédito o débito.
Lo mismo para hacer uso de un plan de teléfono celular u obtener una membresía en el gimnasio.
¿Quieres hacer una reservación de hotel o comprar un boleto de avión?¿adquirir algún tipo de seguro?
Los datos de tu tarjeta de crédito son obligatorios. La tarjeta de crédito también es muy útil en caso de emergencias o para adquirir algún artículo de alto costo que no
está dentro de tus posibilidades inmediatamente porque no cuentas con la cantidad de efectivo necesaria.
4. Seguro médico
Un seguro médico te ayudará a reducir estos
5. Seguro de vida
Al igual que las emergencias, los accidentes tampoco avisan.
Si eres padre de familia o alguien depende económicamente de ti, el seguro de vida, más que para ti, es para demostrar tu preocupación hacia ellos.
Si algo te sucede, ellos quedarán cubiertos por determinada cantidad en lo que se recuperan de la pérdida, se adecuan a un nuevo estilo de vida y encuentran otra fuente de ingresos.
Además, en caso de dejar deudas hereditarias, gracias al seguro no tendrían que preocuparse por ellas.
Y tú, ¿con cuáles de estas herramientas ya cuentas?
Definitivamente, es mejor tenerlas todas. Date el tiempo de buscar el producto financiero que más se adecúe a tus necesidades. Compara tus opciones y seguramente encontrarás una herramienta que se adaptará perfectamente a tu presupuesto.
¿Qué esperas para prevenir? Protégete ya.
Fuente: economia.terra