26May, 2014
Quien mal oye, peor responde
Generalmente, mientras alguien habla, cada uno de los que escucha tiene un monólogo interior que va rebatiendo uno a uno todos los argumentos del contrincante.
Escuchamos?
¿oímos?
¿entendemos?
¿comprendemos?
¿compartimos?
Cinco preguntas y una sola respuesta posible, pero no muy habitual, porque aparentemente la afirmativa en los cinco casos sería lógica pura, aunque la realidad de nuestro mundo parezca indicar lo contrario.
Una cosa es escuchar y oír porque nuestro órgano auditivo funciona normalmente, y otra muy distinta es entender y comprender el real significado de lo que nos dicen para poder compartir, o no, el pensamiento de quien es nuestro interlocutor.
El individualismo extremo que predomina en una gran mayoría de nuestra atribulada raza humana dificulta la real comunicación entre los habitantes de este revuelto planeta llamado Tierra.
Encerrados en burbujas engañosas solemos monologar y no dialogar.
Generalmente, mientras alguien habla, cada uno de los que escucha tiene un monólogo interior que va rebatiendo uno a uno todos los argumentos del contrincante, operación que, por lógica, no permite comprender realmente el discurso escuchado y, como reza el dicho popular: quien mal oye, peor responde.
El mensaje de cualquier opinión humana no es tan fácil de entender como a veces aparenta; hay tonos, subtextos y contextos detrás de un sí, un no o un quizás. Ni hablar de la complejidad de otro tipo de expresiones.
El no escuchar trae como consecuencia la incomunicación entre miembros de un grupo amistoso o familiar.
La crisis de parejas suelen tener su origen en la indiferencia que surge de la rutina.
Creemos conocer tanto a quien comparte nuestra vida que insensiblemente empezamos a oír lo que se dice, pero no a entender y comprender los cambios que se van produciendo por los años, el hartazgo y el resentimiento provocado por lo que se calla.
Tanto es lo que esconde el silencio que no deja traslucir la real significación de los rutinarios buen día, hasta mañana, qué tal o es lo que hay, fórmulas de convivencia que van tapando con lugares comunes nuestros verdaderos sentimientos.
Vamos guardando bajo la alfombra toda la basura que nos corroe el alma, vamos tapando con fórmulas y clichés diferencias y rencores que, a lo mejor, podrían haberse eliminado con sólo saber escuchar realmente, dialogar razonablemente y compartir, o no, los criterios del otro.
Cuando uno sabe oír y no hacer que oye todo puede solucionarse, revisarse y, de no tener remedio posible, romperse no por un arrebato irreflexivo sino por una consecuencia lógica y natural.
Pero para eso hay que buscar lo más difícil de conseguir: el equilibrio sensato que proviene de no creerse el ombligo de mundo y entender que, si paramos por un momento al menos la calesita loca de nuestros instintos violentos, podremos alcanzar soluciones pacíficas a nuestros conflictos.
Cuesta mucho escuchar, es mas fácil hablar, gritar, insultar o dar rienda suelta a los peores sarcasmos y las más violentas descalificaciones. Pero esa catarata de agresiones no hace más que empeorar los infiernos tan temidos y obnubilar nuestra mente desarrollando energías negativas.
La verdad duele a veces, pero siempre será preferible ese dolor que la acumulación de broncas y frustraciones derivadas de la falta de diálogo.
Por eso suele ocurrir que destruyamos lo que más queremos y que perdamos lo que tanto trabajo nos costó obtener.
La felicidad está hecha de momentos iluminados que nos da la vida y que nos ayudan desde el recuerdo lúcido a volver a creer en lo imposible.
Sólo hay que parar los motores, hacerse a un lado del camino, oír al otro, escucharlo, aceptarlo, comprenderlo y rechazarlo si
es tóxico y negativo, pero con la tranquilidad de haber hecho el esfuerzo de entender lo mejor posible lo escuchado.
es tóxico y negativo, pero con la tranquilidad de haber hecho el esfuerzo de entender lo mejor posible lo escuchado.
Vale la pena..
Nota: Entiendo que el presente artículo puede ser útil a nuestros colégas de la venta, recordemos «en la venta siempre gana el que más y mejor escucha, no el que más habla». La persona que pueda practicarlo en su casa, seguramente se verá recompensado en la actividad laboral con mejores resultados.
Fuente: LA NACION – Enrique Pinti 25/5/14
21May, 2014
Obligaciones del Empleador, proteja su patrimonio
Obligaciones del Empleador y Beneficios al Personal
Seguros de Vida y de Sepelio Colectivos
Tenemos el agrado de dirigirnos a usted(es) con el objeto de recordarle(s) las obligaciones que se generan a partir de la muerte de un empleado, por aplicación de leyes en la República Argentina, convenciones colectivas o disposiciones de la seguridad social o del trabajo, y que deben y/o pueden ser cubiertas por medio de un seguro de vida colectivo y un seguro de sepelio.
Es muy importante entender que cuando un empleado fallece, tiene un accidente o sufre una incapacidad el empleador tiene la obligación de pagar una indemnización.
En caso de tener contratada una póliza de seguros la que paga es la compañía de seguros, de no contar con la cobertura el empleador deberá hacer frente al pago de la indemnización con su patrimonio.
La experiencia nos indica que muchas veces no existe liquidez de capital o los pagos por invalidez o enfermedad se extiende durante años y años convirtiendose en una carga muy pesada para el empleador.
Reseña de obligaciones que, junto con las previstas en la Ley sobre Riesgos del Trabajo y demás disposiciones del trabajo y de la seguridad social, conforman el conjunto de responsabilidades del empleador respecto de sus dependientes.
El programa «básico» de coberturas a considerar comprende:Riesgos del Trabajo
Seguro Colectivo de Vida Obligatorio Decreto Nº 1567/74
Seguro de Vida Obligatorio para Empleados de Comercio (art. 97, CCT 130/75)
Seguro de Vida Obligatorio para Trabajadores Rurales Permanentes (Ley Nº 16.600)
Seguro de Vida Colectivo – Ley de Contrato de Trabajo
Seguro de Retiro Complementario La Estrella para Empleados de Comercio
Seguro Colectivo de Sepelio
Seguro Colectivo de Vida Obligatorio Decreto Nº 1567/74
Seguro de Vida Obligatorio para Empleados de Comercio (art. 97, CCT 130/75)
Seguro de Vida Obligatorio para Trabajadores Rurales Permanentes (Ley Nº 16.600)
Seguro de Vida Colectivo – Ley de Contrato de Trabajo
Seguro de Retiro Complementario La Estrella para Empleados de Comercio
Seguro Colectivo de Sepelio
Es importante revisar otras obligaciones que pudieran corresponder específicamente para su sector de actividad económica, y tener en cuenta que, en general, los beneficios son independientes entre sí.
También es importante considerar otros planes de seguros -contributivos o no contributivos- que pueden ser contratados por la Empresa para cubrir sus obligaciones laborales en general o para facilitar a los empleados el acceso a un instrumento apropiado de previsión para la protección de sus familias y sus patrimonios, tanto en forma individual como colectiva, en condiciones de selección, cobertura y costo convenientes, como parte de sus planes de compensaciones dentro de su política de fidelización y beneficios al personal.
Como asesores integrales en seguros estamos a su disposición para ampliar esta información, para analizar conjuntamente sus necesidades específicas y para determinar si las coberturas vigentes -de existir- se ajustan a las mismas.
15May, 2014
12 Reglas de ORO – Steve Jobs –
El éxito es algo muy subjetivo y cada persona puede entender algo diferente al respecto, pero si definimos éxito como “persona influyente” podríamos catalogar a Steve Jobs dentro del termino.
Y es que el co-fundador de Apple tenía una visión bastante acertada de que tiene que tener un producto para ser exitoso.
Sus diferentes ideas consiguieron sacar a Apple de un enorme agujero y convertirla en una de las empresas más valiosas del momento. Steve Jobs tenía “12 reglas del éxito” a las cuales denominaremos “las 12 Reglas de ORO de Steve Jobs”
1. Se tú mismo y haz lo que te gusta. Seguro que no nos descubre nada, ¿pero te has encontrado alguna vez en un trabajo que simplemente odias? Seguramente habrá sido un horror el pasar tiempo allí y es que la primera clave del éxito es hacer aquello que te gusta, aquello que genera pasión, ilusión y hace que te levantes cada mañana con ganas de ello. Un trabajo o producto realizado sin pasión es un producto sin alma.
2. Se diferente. Piensa diferente. Somos muchos muchos millones de personas en este mundo, marca la diferencia.
3. Esfuérzate al máximo. Si algo te gusta, la consecuencia inmediata es que dedicarle tiempo y esfuerzo no será un problema, ‘No te duermas, el éxito genera más éxito”.
4. Haz un análisis de los pros y contras. Tan pronto como realizas un nuevo producto o crees tu nueva empresa, crea una lista de pros y contras de la misma. Es importante tener las debilidades muy presentes y eliminarlas lo antes posible.
5. Sé emprendedor. Esperar no sirve de nada, el éxito no cae del cielo, lo busca uno. Busca lo próximo, una idea que nadie a experimentado anteriormente y esfuérzate al máximo en ella
6. Piensa en tus pasos futuros. Comienza dando un pequeño paso capaz de convertirse en un gran salto el día de mañana, no olvides planificar el futuro pero centrarte en un grupo de tareas reducidas y simples para comenzar y posteriormente evoluciona tu idea hasta crear el producto definitivo.
7. Aspira a ser el líder. No existe mejor forma de demostrar quien es el líder que utilizando tecnologías rompedoras que nadie más usa. Selecciona lo mejor de la industria y úsalo en tu propio beneficio, se el primero y conviertela en un estándar de la industria.
8. Visualiza el resultado. La gente te valorará por el resultado así que enfócate en él; e intenta ofrecer el mejor posible usando la mejor calidad, el diseño y la excelencia. El diseño es importantísimo, pero “no es sólo como se ve o qué parece, es como funciona“.
9. Pide opinión. Comprueba tus ideas con personas de diferentes orígenes a los tuyos, cada persona te aportará algo diferente. Enfócate en aquellos que van a usar tu producto y escucha a tus clientes.
10. Innova y crea, no copies. La diferencia entre un líder y un seguidor es clave, marca la diferencia y dedica la mayor parte de tu tiempo en cosas nuevas. Concéntrate en las creaciones importantes y en la innovación. Contrata a gente que quiera hacer los mejores productos del mundo y pon a su disposición todos los medios.
11. Aprende del fracaso. La mejor forma de mejorar es aprender de tus propios errores, cuando innovas cometes errores. Es bueno admitirlos y seguir mejorando tus otras innovaciones.
12. Aprende continuamente. Todo el mundo tiene algo que aportarte: clientes, competidores, socios… escucharlos, aprende de ellos y entiende su punto de vista.